lunes, 7 de diciembre de 2015

Siervas del Hogar de la Madre


'MONJAS' INCOMODAS PARA LA IGLESIA

Las 30 'Siervas del Hogar de la Madre' asentadas en Zurita no están aceptadas por el obispado

La fundadora de esta congregación fue una belga que llegó en 1988 a Santander y se afincó en Cantabria inspirada por las apariciones de Garabandal

Carlos Osoro, cunado era arzobispo de Valencia, recibió oficialmente a las 'monjas' junto al fundador, Rafael Alonso, y les encomendó el cuidado de una parroquia.

Las profesas forman un corpus de tal fuerza que tiene propósito de levantar una basílica en Cantabria

El Obispado prohíbe taxativamente al párroco de Garabandal que las permita colaborar en la pastoral del pueblo

En España fueron respaldadas por un obispo de Cuenca, franquista confeso, en 1983

Se denominan Siervas del Hogar de la Madre y quieren ser una congregación religiosa católica.

Las 30 novicias y monjas que viven en Cantabria forman un corpus de tal fuerza que les permitió plantear en 2001 la construcción de una basílica en la aldea de las apariciones (Garabandal), capaz de albergar a 5.000 personas.

En Santander encontraron cobijo, y por eso vino a vivir a la ciudad en 1988 'Mamie' -Elisabeth Van Keeberger- una desconocida y poliédrica mujer belga, inspiradora de esta controvertida obra.

Aceptan hablar con este periódico con amabilidad, pero cuando se pide entrevistar a la Madre Ana, su superiora en Zurita, la respuesta es un suave pero determinante: "yo creo que no va  a ser posible".

En Garabandal tienen además una casa alquilada, donde viven media docena de estas monjas, a pocos metros de la parroquia de San Sebastián, donde el Obispado -y por carta, para que no quede duda- le ha advertido al párroco de que no pueden colaborar oficialmente en ninguna actividad pastoral.

Visten hábito blanco, toca en la cabeza, una cruz pectoral de madera y, a veces, túnica azul, color netamente mariano.

El integrista obispo de Cuenca José Guerra Campos (1920-1997), franquista confeso y procurador en las Cortes de la dictadura hasta su disolución en 1977, fue quien dio carta de naturaleza a las Siervas del Hogar de la Madre.

Así surgieron las Siervas del Hogar de María. En julio de 1988 Rafael Alonso Raymundo, catedrático de Geografía e Historia, se trasladó a Santander con permiso "escrito" de su obispo, el de Toledo, para dar clases en un instituto de la capital cuya plaza en propiedad había ganado.

En el Obispado cántabro no quieren ni oír hablar de las monjas de Zurita, "o azafatas", como las define una de las voces más críticas, aunque no entran a comentar públicamente los motivos.

Además de haber desaparecido de Torrelavega, también tienen prevención sobre las 'siervas' en Garabandal.

A finales de la década de los años 80, las 'monjas' se habían reunido en torno a Elisabeth Van Keerbergen, de la que sus acólitos llegaron a decir que era "la encarnación de la Madre ( de Dios) en la tierra".

De esta unión surgió la maternidad espiritual de 'Mamie' con muchos sacerdotes e incluso con el obispo Monseñor Guerra campos.

Aunque nunca las llegó a reconocer el Obispado de Santander, lo cierto es que quien entonces era vicario general de la Diócesis, Carlos Osoro Sierra, actual arzobispo de Madrid y antes de Valencia, y el padre Jeremías, quien las trajo a Cantabria, celebraron la Misa y reservaron el Santísimo en el piso al que se habían trasladado provisionalmente en el centro de la capital.

Si bien la Iglesia cántabra las ha apartado de la vida diocesana y pastoral de la región, Osoro, siendo ya arzobispo de Valencia, encomendó a los Siervos del Hogar de la Madre la parroquia de San Dionisio y San Pancracio de Valencia.

Lo que a estas monjas les trae de la mano de ' Mamie' a Cantabria fue la mística garabandalista.

Las 'siervas' trabaron amistad con la escritora catalana Mercedes Salisachs (Barcelona 1916-2014), ferviente garabandalista, quien las ayudó económicamente a pergeñar su sueño de hacer en la aldea cántabra una gran basílica. Salisachs tiene una historia muy ligada a Garabandal.

Salisachs hizo de Garabandal su segunda casa, al menos la espiritual, y compró propiedades -una vivienda y varias fincas- que mantuvo durante décadas; alguna de las fincas fue donada a las monjas de Zurita. Salisachs dejó a las 'monjas' propiedades, aunque finalmente dicen que algo desencantada se desligó de Garabandal y vendió su vivienda a un holandés.

Nieves Bolado (El Diario Montañés) 1-11-15

www.eldiariomontanes.es

1 comentario:

Anónimo dijo...

q cosas cuentas??